Estos días está en Madrid una producción artística sobre el maestro vienés que se ofrece como experiencia inmersiva e incluso, como el museo del futuro. Aquí creo que se han pasado un poco. Aparte de las consabidas cartelas explicativas, reproducciones y proyecciones en vídeo, la parte central de la exposición se lleva a cabo en una gran sala rectangular diáfana en cuyas paredes se proyectan una serie de vídeos, perfectamente coordinados para sumergirte de lleno en el universo de Gustav Klimt. Pero en realidad lo que estamos contemplando es un montaje visual y sonoro a partir de las obras de Klimt. Está organizado temporalmente y se indica también el lugar donde se encuentran las obras del genio. Pero en el fondo no es más que un vídeo, muy bien trabajado y producido, y que permite ver las obras de Klimt en un contexto diferente, a enorme tamaño y en movimiento, pero a mi juicio a la experiencia todavía le falta algo. Es como aquel cine 3D Max ¿te acuerdas? Quizá los del Belvedere podrían utilizar los réditos de los NFTs de El beso para crear una experiencia virtual de las buenas sobre Klimt. Ahí, y con libertad de movimiento, sí que podríamos tener una experiencia inmersiva en la obra del pintor. Es solo una idea. Dicho esto, los que amamos a Klimt disfrutamos mucho de esta videoproyección. Además, si conoces bien su obra detectas los matices que se han tenido en cuenta a la hora de realizar esta producción.
Quiero aprovechar para reconocer el trabajo de Matadero Madrid, que ha habilitado un espacio en la Nave 16 como lugar puntero donde arte, ciencia y tecnología se dan la mano. Se trata del mayor centro de experiencias inmersivas de España y el segundo más grande de Europa. Y el hecho de que lo hayan inaugurado con Klimt, es motivo de celebración. Así que si te gusta la obra de Klimt, no me hagas mucho caso y ve a sentir esta experiencia, que lo vas a disfrutar. Aquí te dejo un vídeo para que eches un vistazo: